Propiedades curativas
El anís es estimulante, antiespasmódico, antiflatulento, diurético, purgante y parasiticida. El anís se ha empleado tradicionalmente como remedio para la tos, la bronquitis y el asma, y la ciencia médica respalda esta propiedad. Según numerosos estudios, el anís contiene creosol y alfapireno, compuestos químicos que desprenden las secreciones bronquiales y facilitan su expulsión. El anís es buen tónico estomacal, digestivo y estimulante. Un compuesto químico, el anetol, tiene acción digestiva, lo que respalda su uso tradicional como tisana ingerida después de las comidas. También alivia los cólicos del recién nacido. El anís también contiene compuestos químicos, dianetol y fotoanetol, similares a la hormona femenina estrógeno; esto justifica el uso tradicional del anís durante el período de lactancia. Aunque la acción de los estrógenos del anís es suave, de todos modos puede producir alivio en los padecimientos de la menopausia. Según un informe reciente, el anís estimula la regeneración de las células del hígado en ratas de laboratorio, lo que sugiere que la planta tiene valor en el tratamiento de las enfermedades hepáticas
Recomendada para las siguientes enfermedades
Preparación (Ver preparaciones)
Se prepara una infusión con una cucharadita de semillas trituradas por taza (8 oz) de agua hirviendo; dejar reposar de 10 a 20 minutos y colar.
Cocimiento para cólicos: Hervir 1 cucharadita de semillas de anís o de planta fresca en ½ litro de leche durante 10 minutos. Agitar y beber caliente
Dosificación (Ver dosis recomendadas)
Beber 3 tazas por día. En caso de cólicos una taza (8 oz) cada 8 ó 12 horas. Para uso externo se usa toda la planta en forma de infusión
Ingredientes Activos
Aceite esencial con anetol, aceite graso y colina